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| Hermann-Richter/Pixabay | 
A nivel romántico, también hay gustos y preferencias. Un nuevo estudio realizado por...
investigadores de la Universidad de Oxford y Northumbria, Inglaterra, encontró que existen dos grupos distintivos de personas, aquellas que buscan una relación de largo término y quienes prefieren más encuentros casuales.
El reporte sobre relaciones y preferencias no sorprendió a Michael y Barbara Foster, una pareja partidaria de los matrimonios abiertos.
“Hay mucho más gente en relaciones abiertas de lo que te imaginas”, dijo Michael Foster, historiador, biógrafo y novelista. “Es sólo que no son abiertos acerca de sus relaciones abiertas”, opinó.
Según Michael, los estudios que estiman que sólo el 5% de los norteamericanos tienen relaciones fuera del matrimonio de mutuo consentimiento no son del todo correctos. El autor puso como ejemplo a las redes sociales para personas infieles, que tienen millones de usuarios, y mencionó el hecho de que en la actualidad, la mitad de los matrimonios terminan en divorcio.
“En cambio nosotros ni nos hemos divorciado, ni hemos sido infieles”, agregó su esposa Barbara. “¿No es preferible tener una relación honesta y una comunicación abierta sobre cómo lograr que funcione la pareja, a una relación basada en el engaño?”, opinó la bibliotecaria y profesora en City University de New York.
Los Fosters han estado casados durante más de 40 años, ambos han tenido affairs, y ninguno de ellos se siente mal al respecto, ni tiene planeado pedir un divorcio.
Los investigadores de Oxford y Northumbria encuestaron a 575 personas sobre sus preferencias en cuanto a encuentros sexuales casuales y aventuras cortas. Un grupo mostró marcada preferencia por la fidelidad en las relaciones, mientras que el otro admitió buscar aventuras. Un poco más de la mitad de los hombres mostraron tener una orientación promiscua, comparado con un poco menos de la mitad de las damas.
Una historia de amor de cuatro décadas
Los Fosters, ambos de clase media, se casaron cuando tenían 20 años de edad y concentraron sus esfuerzos en trabajar e ir a la escuela.
“En un principio teníamos un matrimonio monógamo y tradicional, pero con el tiempo la situación fue cambiando”, recordó la autora de The Confessions of a Librarian: A Memoir of Loves (www.threelovestory.com), cuyo prólogo fue escrito por su compañero.
“Durante años, tuvimos una gran relación sexual que excluía a cualquier persona fuera de la pareja”, recordó Barbara. “La monogamia caracterizó la primera etapa de nuestra relación, que luego pasó a convertirse en un matrimonio tolerante, hasta convertirse en un matrimonio abierto”, describió.
“En cierto modo, vamos adelante de las nuevas tendencia”, agregó Michael, refiriéndose a la modalidad de las nuevas generaciones a contraer nupcias en menor grado y las parejas en general a divorciarse con más frecuencia. “Con las relaciones abiertas, en cambio, puedes sentirte seguro, y expresarte libremente, al mismo tiempo”.
La pareja destacó la importancia de la consideración mutua de intereses y necesidades, como clave para un matrimonio exitoso. Ambos viven y trabajan juntos como autores y educadores.
“Un matrimonio abierto es mucho más que tener aventuras amorosas”, aclaró Barbara. “Tiene que ver con la posibilidad de que cada miembro de la pareja siga sus propios intereses. Esto también incluye viajes, hobbies, tiempo individual para cada uno, básicamente todo aquello que te ayude a definirte como persona”, concluyó.





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